domingo, 6 de febrero de 2011

Divorcios políticos de la temporada electoral

-Tambores de guerra entre Manlio Fabio y Peña Nieto.

-También se anuncia el rompimiento AMLO-Marcelo.

Ricardo Alemán

Como si se tratara de uno más de los escándalos de la farándula, en la recién iniciada temporada electoral se han producido notables divorcios entre la clase política mexicana —reacomodos entre las conveniencias de poder—, que han alterado de manera significativa el rumbo de la contienda presidencial de 2012. ¿Y cuáles son esos divorcios? Exponemos los más significativos.

Manlio vs. Peña Nieto

El más notable divorcio fue el que se produjo a partir del domingo pasado —luego de la derrota sufrida por el priista Manuel Añorve Baños, en Guerrero—, cuando Manlio Fabio Beltrones y la dirigencia saliente del PRI plantearon llevar el escándalo de esa elección a los tribunales electorales, mientras que Enrique Peña Nieto desestimó esa posibilidad, y dijo que no era para tanto, porque en las elecciones se pierde y se gana. Esa actitud despertó la sospecha de que en Guerrero el mexiquense jugó sucio. Es decir, contra Añorve, que es lo mismo que jugar contra Beltrones.

Y es claro que en el PRI de Peña Nieto nadie quiso pagar el costo de la derrota en Guerrero, y que al final todos vieron al poderoso Beltrones como el verdadero derrotado. ¿Por qué? Porque el candidato perdidoso era delfín del sonorense, al que ven como un riesgo en Toluca. Pero Guerrero sólo fue el primer paso del divorcio. El segundo se produjo cuando Beltrones propuso la reducción del IVA generalizado, lo que reventó Peña Nieto a través de sus alfiles en San Lázaro. En respuesta, el senador Beltrones apretó la presión política dentro de su partido y dijo que sí, que él era un serio aspirante presidencial, lo que anuncia tambores de guerra en el PRI.

AMLO vs. Marcelo

El segundo divorcio no parece menor, y también es producto de la elección de Guerrero. Para todos está claro que en esa entidad el gran acierto político electoral fue la alianza entre Marcelo Ebrard y Felipe Calderón, cuyos gobiernos y partidos se metieron hasta el cuello en esa elección. Es igual de claro que el segundo gran perdedor en Guerrero fue nada menos que Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué? Porque se confirmó que AMLO no es indispensable, que Marcelo tiene todo para vencer a Peña Nieto y, acaso lo más importante, que el jefe de Gobierno del DF ya es un candidato presidencial consolidado.

Es decir, que ya dejó atrás a AMLO.

Se sabe que López Obrador montó en pantera al confirmar que la jugada político electoral aliancista de Marcelo había salido redonda y que el camino al Estado de México era franco para el gobernante capitalino.

Por eso, AMLO emprendió lo que parece una guerra desesperada; una feroz campaña contra el presidente Calderón.

Y el primer golpe lo envió a través de su gorila en San Lázaro, el diputado Fernández Noroña, quien desplegó una manta en la que ofende de manera vulgar a Felipe Calderón.

¿Por qué el insulto y la difamación? Por órdenes de AMLO.

Pero como suele ocurrir, se le pasó la mano. Todos criticaron la vulgaridad del gorila Noroña, y como para salvar su pigmea imagen, AMLO se desmarcó de propio Noroña, el más faldero de sus alfiles. ¿Alguien puede creer el deslinde?

Lo cierto es que también en este caso suenan los tambores de guerra.

Marcelo vs. Encinas

Pero la guerra entre AMLO y Marcelo podría llegar a niveles de tragedia, cuando se haga realidad el divorcio entre Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas. Y es que ya es un hecho que el jefe de gobierno del DF canceló la posibilidad de que Alejandro Encinas sea el candidato de la alianza PAN-PRD en el estado de México. ¿Por qué? Porque el síndrome de La Chimoltrufia se apoderó de Encinas, quien un día dice que sí va en alianza, y otro que no, y al tercero vuelve a decir que sí. Al final todos saben que Encinas se la jugará sólo con AMLO, y nada más.

Por eso, porque Marcelo Ebrard no permitirá que le tomen el pelo, ya decidió que su alianza con Felipe Calderón, tendrá su propio candidato, en tanto que Encinas será el candidato del AMLO al Estado de México. Todo esto en medio de la furia de López Obrador, que ya soltó a sus gorilas y que los seguirá lanzando no sólo contra Felipe Calderón, sino también contra Marcelo Ebrard. Y si alguien tiene dudas, basta revisar la forma poco profesional y nada ética en que manejan la información relacionada a Marcelo Ebrard, los medios afines a AMLO. En realidad son los Fernández Noroña mediáticos.

Gordillo vs. Beltrones

También resultado del fracaso del PRI en Guerrero, en los primeros días de febrero se produjo un nuevo rompimiento entre la poderosa lideresa del SNTE, y el PRI. Está claro que en esa entidad, el magisterio y el Partido Nueva Alianza —cuya dueña es la profesora Gordillo—, la jugaron de manera pública con el candidato del PRI, Manuel Añorve. Pero como aquí lo dijimos en su momento, es sabido por todos que la profesora Gordillo tiene dos grandes amores políticos, uno se llama Marcelo Ebrard y el otro Enrique Peña Nieto.

Hoy está claro que por debajo del agua, la profesora Gordillo movió a sus afiliados contra el candidato del PRI, que era lo mismo que mover los alfiles contra Manlio Fabio Beltrones, y no contra Peña Nieto. Es decir, que la señora Gordillo se la jugó a favor de uno de sus amores, que despacha como jefe de Gobierno del Distrito Federal. Al tiempo, la profesora traicionó no sólo al candidato del PRI, sino que engañó a la opinión pública y a los simpatizantes de su partido, ya que su patiño en la jefatura del Panal, Jorge Kahwagi, se prestó a la patraña de que Añorve había ganado, cuando todos sabían que la señora Gordillo ordenó votar a favor de Ángel Aguirre en Guerrero. ¿Quién creerá hoy en la profesora?

Diego vs. Calderón

Y acaso el último de los divorcios sea el que protagonizaron hace apenas unas horas, Diego Fernández de Cevallos y el PAN de Felipe Calderón. Resulta que algún abusado —si no es que abusivo—, convenció al Jefe Diego de que diera su apoyo a los candidatos del PAN en las elecciones que hoy tendrán lugar en Baja California Sur. Pareció que se había convencido a Diego de estar de acuerdo en la alianza entre Marcelo Ebrard y Felipe Calderón. Pero cuando alguien le preguntó sobre la alianza PAN-PRD en el Estado de México, respondió con un rotundo “no”.

Es decir, que Fernández de Cevallos no comparte la alianza entre Marcelo Ebrard y Felipe Calderón, rumbo a 2012. Al tiempo.

En el camino

Hoy en Baja California Sur, podría ganar no sólo el más cochino, sino el más trompudo.
 
Columna de Ricardo Alemán para el Itinerario Político de Excélsior
 


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