Procuraduría General de la República representa, sin duda, un avance más del género femenino en los espacios de la administración pública y, en particular, en el campo de la administración de la justicia. Sin embargo, la equidad de género dista mucho de ser una realidad en los tres Poderes de la Unión, tanto a nivel federal como estatal.
De 18 secretarías de Estado, sólo dos de ellas tienen como titular a una mujer: en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa; y en la Secretaría de Turismo, Gloria Guevara Manzo. Ámbito disminuido de la presencia femenina, otras mujeres que empezaron al frente de alguna secretaría en el 2006, ya no figuran dentro del gabinete presidencial: en la Secretaría de Desarrollo Social, Beatriz Zavala Peniche; en la Secretaría de Energía, Georgina Kessel Martínez; y en la Secretaría de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota (aunque actualmente es diputada federal, coordinadora de su fracción parlamentaria y aspirante a la Presidencia de la República para el 2012 por el PAN).
A nivel local, sólo una entidad federativa de 32, Yucatán, es gobernada por una mujer: Ivonne Ortega Pacheco y de las casi 2 mil 500 presidencias municipales, tan sólo 112 tienen como titular a una persona de sexo femenino (4.5% aproximadamente).
Durante el Congreso Internacional “Participación Política y Liderazgo Femenino”, que tuvo lugar en la ciudad de México, los días 31 de marzo y 1 de abril, se mencionó que sólo hay 267 mujeres diputadas de mil 134 legisladores, 23.5% del total.
Aunque el PRI es el partido que cuantitativamente cuenta con más curules ocupadas por mujeres (53), es quien también tiene el porcentaje más bajo en la proporción hombres-mujeres (77.9 vs. 22.1% respectivamente). En sentido contrario, el Partido Convergencia mantiene una paridad de cuatro hombres y cuatro mujeres, es decir, 50 y 50%. En el Senado de la República de las 128 curules disponibles, 30 son ocupados por mujeres, 23.4%.
En el ámbito internacional la presencia femenina en el campo legislativo nos coloca en mejor posición. Estados Unidos tiene 92 diputadas y senadoras de 535 cargos posibles (17%). En Francia, sólo hay 113 mujeres de un total de 577 (19.6%); y 80 senadoras de un total de 341 (23.5%). En Inglaterra hay 144 mujeres de 648 escaños en la Cámara de los Comunes (22.2%); y sólo 181 mujeres de 831 lugares posibles en la Cámara de los Lores (21.8%).
En cuanto al Poder Judicial de la Federación, únicamente hay 80 jueces de sexo femenino, de un total de 301 (26.5%); más arriba de la estructura jurídica, tan sólo encontramos a 94 mujeres que ocupan el cargo de magistrado, de un total de 546 puestos (17.2%); una sola mujer en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; y sólo dos ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de 11 lugares en total.
En el dictamen de las comisiones senatoriales que conocieron de la solicitud del Ejecutivo federal para ratificar a Marisela Morales se asienta que fue valorada su conducta personal, capacidad, vocación por el servicio, probidad y honorabilidad, así como experiencia profesional en el derecho. Y se indica que fue posible “advertir la pericia que como jurista refleja”. Es de celebrarse que así haya sido evaluada, y no que se le ratifica para cumplir con cuota alguna de género en la PGR o bien por la distinción que recientemente le hicieron Michelle Obama y Hillary Clinton en Estados Unidos, con lo que prevalece el principio enunciado por John Stuart Mill en su célebre escrito The Subjection of Women (1869) cuando indicó que “el principio de la subordinación de un sexo al otro debe ser remplazado por el de la perfecta igualdad que no admite poder o privilegio de un lado e incapacidad del otro”.
El nombramiento de la hoy procuradora Morales rompe con el monopolio del género masculino que hasta ahora había tenido la PGR en la dirección de la institución, mientras que el Banco de México se mantiene impenetrable a la presencia femenina en su altos mandos, al haberse negado la oportunidad a alguna de las muy capaces mujeres con que cuenta para figurar siquiera en la terna para integrar su Junta de Gobierno. ¿Será que los banqueros, como también lo demostraron durante la reciente Convención Bancaria en Acapulco, no creen que las mujeres puedan aportar su capacidad en las finanzas públicas porque sólo las consideran “totalmente Palacio”?
Texto integro http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/52368.html
Breve reseña bibliográfica del autor:
Cursó estudios profesionales en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Realizó estudios de posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, obteniendo el grado de Maestro en Filosofía Política. Cursó el doctorado en la Facultad de Derecho en la UNAM.
Ha impartido clases en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, la UAM, el ITAM, la Universidad Iberoamericana y en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México. Actualmente se desempeña como docente-investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt.