jueves, 17 de febrero de 2011

Aliados de Calderón, van contra Calderón

¿Quién ordenó un zafarrancho que llegó a poner en peligro al Presidente?

Ricardo Alemán 

En la capital de Oaxaca se vivió un insólito caso político.

Los aliados políticos del PAN y del gobierno de Felipe Calderón en esa entidad —la Sección 22 del SNTE, la APPO y el PRD, con los que el partido azul llevó al poder a Gabino Cué—, intentaron reventar la gira presidencial por esa capital y provocaron un zafarrancho que terminó con mujeres policía secuestradas, maestros golpeados, periodistas lesionados y un vehículo policiaco quemado.

Por momentos, la capital de Oaxaca pareció regresar a los tiempos de la crisis política de 2006, a pesar de que ya no hay un gobierno priista, de que gobierna el ex priista y neoperredista Gabino Cué, y de que el PAN y el gobierno de Felipe Calderón son aliados de los rijosos que ayer llegaron a poner en riesgo al mandatario federal. Por eso la gran pregunta: ¿No que Oaxaca sería distinto con la salida de Ulises Ruiz; no que el gobierno de Gabino Cué sería diferente? Aparecen indicios de que las alianzas PAN-PRD cambian poco, por lo menos en Oaxaca.

La refriega se inició cuando un grupo de maestros de la Sección 22 del SNTE rompieron las barreras de seguridad en torno a Felipe Calderón y al gobernador Gabino Cué, para reclamar el decreto que hace deducible de impuestos a la educación privada. La violencia desatada por los maestros provocó la intervención de la Policía Federal —desplegada justamente para la seguridad del mandatario—, lo que catalizó la furia de los maestros, de integrantes de la APPO y grupos identificados con el PRD.

Los inconformes pretendían reclamarle de frente a Felipe Calderón el decreto que deduce de impuestos la educación privada desde preescolar hasta bachillerato, y que, según el magisterio oaxaqueño, “alienta la educación privada y atenta contra el artículo tercero constitucional”. Lo curioso del caso es que nadie pareció recordar que la profesora Elba Esther Gordillo es aliada del Presidente, y que junto con los maestros del SNTE, de la APPO y el PRD, el PAN hizo gobernador a Gabino Cué. ¿Quién ordenó un zafarrancho que llegó a poner en peligro al Presidente? ¿Dónde quedó el respeto a los aliados? ¿Quién azuzó al magisterio contra el mandatario, y el rechazo al decreto que hace deducible de impuestos la educación privada?

Mucho tendrán que explicar la profesora Gordillo, jefa nacional del magisterio; Flavio Sosa, líder de la APPO, y el gobernador Gabino Cué, sobre un zafarrancho con claros indicios de provocación contra el Presidente para ensuciar el decreto a favor de la educación privada.

Pero más allá del zafarrancho que le armaron al Presidente en Oaxaca, está claro que el decreto que hace deducible de impuestos la educación privada es una medida eminentemente electorera, que busca la reconciliación del gobierno de Calderón con las clases medias de todo el país, a las que se había golpeado severamente con los gasolinazos y una política económica incierta.

Tienen razón los críticos del decreto presidencial en materia de educación privada. Se trata de una medida que beneficia sólo a la clase media con el dinero público, que estimula con dinero de todos la industria de la educación privada; que discrimina a los que menos tienen —porque pagan igual o un mayor porcentaje por la educación pública—, y alienta las escuelas patito, la educación elitista y favorece el concepto de educación pública fracasada. Entre muchos otros aspectos negativos.

Pero por más que se desgarren las vestiduras los críticos del decreto presidencial en materia de educación pública, lo cierto es que Felipe Calderón buscaba precisamente eso, beneficiar a las clases medias, que son las que votan por el PAN, en los tiempos previos a los procesos electorales. Calderón, sin duda, está en campaña. Lo ridículo es que tanto los amarillos como los tricolores, los gobiernos del PRD y el PRI, critiquen en Calderón justamente lo que ellos hacen con planes y programas de gobierno. Las becas a estudiantes, el Metrobús, las obras mexiquenses firmadas con notario, las ayudas a viejitos, el Metro… todas obras ejecutadas con un fin electorero. Hasta el zafarrancho en Oaxaca tiene un trasfondo electoral. Y es que la guerra empezó, y todo se vale.

EN EL CAMINO

Integrantes del Tribunal de Justicia del DF vieron la premier del documental Presunto culpable. Al salir se dijo que habrá cambios en el Poder Judicial capitalino. Lo que no se sabe es que su presidente, Édgar Elías, fue el responsable de liberar a Antonio Zúñiga… Regresa Aristegui. ¿Será el fin del circo? Entérate en La Otra Opinión.

Columna de Ricardo Alemán para Excélsior

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