martes, 8 de marzo de 2011

Documento Informativo sobre Discriminación por Razones de Género

El trato desigual, la discriminación, el abuso y la falta de oportunidades para las mujeres forman parte de las prácticas y prejuicios culturales que se mantienen día a día en nuestro país y que impiden un desarrollo pleno de la democracia. Sin la participación equitativa y justa de las mujeres, México no podrá ser un país de justicia y derechos humanos, no podrá ser un país en el cual la democracia sea plenamente incluyente.

Las mujeres, por haber nacido mujeres, tienen en general un sueldo inferior al de los hombres que ocupan el mismo puesto, no tienen las mismas oportunidades de estudios ni trabajo, no pueden realizar sus proyectos de vida a plenitud ni gozar de sus derechos. Podría plantearse el absurdo de que si las mujeres fueran hombres, entonces no sufrirían de lo anterior.

La discriminación en contra de las mujeres es poderosa porque se asume como lo que siempre ha sido y por ello pretende justificarse como lo que debe ser; es como si se aceptara, sin justicia ni justificación, que las reglas que regulan las interrelaciones, sean políticas, sociales o económicas, fueran únicas e inamovibles.

A pesar de que las mujeres actualmente conforman más de la mitad de la población en México, su posición sigue siendo de desventaja, la cual se agrava si son adultas mayores, si tienen alguna discapacidad, si pertenecen a alguna etnia o grupo indígena.

A continuación se presentan una serie de datos, incluidos los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Discriminación 2010, relativos a la desigualdad de género, que es resultado de prácticas discriminatorias sistemáticas que han sido reproducidas a lo largo de muchos años en nuestro país y que responden a una visión de dominio masculino dentro de la cual la mujer debe cumplir funciones muy específicas y limitadas, con consecuencias serias para el ejercicio de derechos y para una sociedad que de otro modo podría ser considerada igualitaria.

El objetivo de este breve documento es, primero, mostrar que la discriminación en contra de las mujeres es una realidad, segundo, que ésta tiene consecuencias concretas y reales en la vida de millones de personas cuyos derechos están, sin embargo, formalmente protegidos por un extenso aparato normativo nacional e internacional y, tercero, que existen elementos para cuestionar el estado de las cosas, para revertir una condición de discriminación que no es justificable, que este estilo de vida, manera de pensar y comportarse es una arbitrariedad cultural y no natural.

Según los nuevos datos arrojados por la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010 (ENADIS), 39.8 por ciento de las mujeres, es decir prácticamente 40 por ciento, afirma pedir permiso a sus esposos para salir sola en la noche. Resalta además que el 27 por ciento de la población está de acuerdo en que a una mujer se le castigue por haber abortado, así como que el 8.6 por ciento de las mujeres afirma pedir permiso a su pareja para tomar anticonceptivos, lo cual sugiere un deterioro de la libertad y autonomía para tomar decisiones sobre el propio cuerpo.

Los ámbitos en los que se muestran las consecuencias de la discriminación son múltiples. Algunos ejemplos. Educación: el 24 por ciento de las mujeres entre 15 y 19 años no estudia ni trabaja (Estimado de acuerdo a la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009). Trabajo doméstico: las mujeres de 12 años y más dedican el 84 por ciento de su tiempo al trabajo de su hogar (Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, 2002); remuneración: el 42 por ciento de las mujeres que trabajan sólo recibe un ingreso de hasta dos salarios mínimos.

Según la Encuesta Nacional de Discriminación 2010:
39.8 por ciento de las mujeres afirman pedir permiso a sus esposos para salir solas en la noche.

23 por ciento afirma pedir permiso o avisar a su pareja para decidir por quién votar.

28 por ciento afirma pedir permiso o avisar a su pareja para tomar anticonceptivos.

85 por ciento de los entrevistados cree que le pegan mucho o algo a las mujeres.

En otros ámbitos y sectores:

Edad, pertenencia y grupo
En México hay 56 millones 856 mil 343 mujeres, de un total de 111 millones 714 mil 641 mexicanos. Censo 2010.

De la población total de personas adultas mayores, las mujeres ocupan 53.7 por ciento. Segundo Conteo de Población 2005 INEGI.

De la población total de habla indígena, las mujeres ocupan 50.9 por ciento. Segundo Conteo de Población 2005 INEGI.

Salud:
30 por ciento de las mujeres de entre 60 y 69 años tiene anemia. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006.

79.8 por ciento de las mujeres entre 30 y 59 años tiene sobrepeso u obesidad. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006.

Violencia:
67 de cada cien mujeres de 15 años y más han padecido algún índice de violencia en su relación de pareja, en espacios comunitarios, laborales, familiar o escolar. Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 2006.

43 por ciento de las mujeres han sufrido incidentes de violencia de pareja. Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009. INEGI.

En los últimos 12 meses, 26.8 por ciento de las mujeres han sufrido violencia de pareja. Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009. INEGI.

29.9 por ciento de las mujeres han sufrido violencia laboral. Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009. INEGI.


Educación:
Sólo el 20 por ciento de las mujeres de 15 años y más tienen educación básica completa. Segundo Conteo de Población 2005 INEGI.

22.7 por ciento de las mujeres de 60 a 74 años es analfabeta, en comparación con el 13.7 de hombres del mismo rango de edad. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2009, INEGI-Secretaría del Trabajo y Previsión Social

Situación económica:
En el 2009, el 62 por ciento de las mujeres realizaron trabajo no remunerado, en el caso de los hombres, el porcentaje fue de 26.5 por ciento. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009, Segundo Trimestre, INEGI-Secretaría del Trabajo y Previsión Social

7 de cada 10 adultos mayores no cuenta con pensión. De los que sí tienen, 41.4 por ciento son mujeres y 58.6 por ciento son hombres. Es decir, del total de adultos mayores con pensión, 4 son mujeres y 6 son hombres; es decir existe una relación cercana a 2 hombres por cada mujer pensionada. Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social. 2009. INEGI, IMSS.

Situación social:
75.9 por ciento de las mujeres de entre 15 y 29 años estudian y trabajan. Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009. INEGI.

24 por ciento de las mujeres ni estudian ni trabajan. Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009. INEGI.

39 por ciento de las mujeres no está afiliada a ninguna institución de seguridad social. Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social. 2009. INEGI. IMSS.

Las mujeres de 12 años y más de edad dedican el 23.6 por ciento de su tiempo al trabajo doméstico, los hombres sólo el 7.3 por ciento. Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo. 2009. INEGI.


CONCLUSIONES
Como conclusión, es posible afirmar que las mujeres en México, sin importar edad, pertenencia a algún grupo específico o bien si es dentro del ámbito familiar o laboral, están en una situación desigual con respecto a las oportunidades que tienen para su desarrollo, así como a las posibilidades que tienen de ejercer sus derechos fundamentales.

Lo anterior, desde luego, es condición suficiente para que la desigualdad por razones de género se reproduzca ad infinitum, bajo una lógica en la cual mientras menores sean las oportunidades iniciales reales, menores posibilidades hay para adquirir experiencia y medios para un desarrollo integral, menor acceso a otras oportunidades (educativas, profesionales, económicas, políticas, etc.) y, en suma, para gozar de la igualdad tanto formal como real en el reconocimiento de la dignidad de todas las personas.

En estos días se celebra el Día Internacional de la Mujer y la evidencia muestra que en las prácticas sociales aún hay una seria desigualdad, asumida en principio, que deriva en consecuencias negativas concretas en la vida diaria.

La desigualdad por discriminación es resultado de una práctica, de acciones que imposibilitan las relaciones basadas en el reconocimiento y el respeto de todas las personas que, a su vez, son indispensables para la construcción de un país democrático.

Documento del Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación, CONAPRED.