domingo, 6 de febrero de 2011

BAJA CALIFORNIA SUR, OTRA PRUEBA DE LA IZQUIERDA FALLIDA.

Ricardo Alemán

El estado de Baja California Sur parece uno de los más olvidados de la República Mexicana. Es el menos poblado y el más alejado de los reflectores del centro del país.
No obstante, su paraíso turístico de Los Cabos , y su potencial aún no explotado lo convierte en un suculento platillo económico para cualquiera de los partido políticos nacionales.
Sin embargo, la importancia del cambio de gobierno estatal –previsto para el próximo 6 de febrero–, tiene un significado que va más allá de la riqueza económica. La batalla en Baja California Sur es política. ¿Por qué?.
Porque es un gobierno en manos del PRD. Y rumbo a 2012, para el PRI resulta estratégico arrebatarle a los amarillos el mayor número de bastiones, como es el caso de Baja California Sur.
Y es que contra la lógica del poder, todo indica que debido a los malos gobiernos del PRD en los últimos 12 años, el PRI podría recuperar el gobierno estatal de BCS.
Peor aún, en una de esas y el PAN se alza con el triunfo.  Y todo porque los dos últimos gobiernos amarillos llevaron al estado a la ingobernabilidad total y a la desaparición de las fronteras partidistas.
Hoy nadie sabe cuáles son las diferencias entre la derecha, la izquierda y el PRI.
Por eso, a modo de resumen, vale recordar que hasta 1999 el PRI había gobernado el estado. El gobernador tricolor Guillermo Mercado Romero, terminó su gobierno rodeado de la antipatía de buena parte de la población. Con lo que alistó el terreno para la alternancia.
Al final, el principal beneficiado del pésimo desempeño de Mercado Romero, fue otro priísta: Leonel Cota Montaño. Quien tras enemistarse con el PRI, se puso la camisera roji-amarilla y ganó las elecciones.
El problema fue que el gobierno de Cota Montaño –patrocinado por el entonces presidente nacional del PRD, Andrés Manuel López Obrador –, se probó igual de malo –abusivo, corrupto y bañado en nepotismo –, que el de cualquier otro priísta.
Los excesos del pseudo perredista llegaron al grado de encabezar una cacería de brujas en contra de las cabezas de la administración que le antecedió. Vamos, comenzó un juicio legal en contra del ex gobernador Mercado Romero.
Además de que durante su administración Cota Montaño colocó a más de 100 parientes directos en posiciones de poder. Los ejemplos más representativos son los de sus hermanos –Delia Cota Montaño, electa diputada federal y Juventino Cota Montaño, Coordinador de asesores del gobierno estatal durante 8 años –, al iual que el de su primo –Narciso Agúndez Montaño –, quien lo sustituyó en el gobierno del estado.
Los seis años que siguieron al gobierno de Cota Montaño –con Narciso Agúndez al frente –, no fueron muy distintos de los anteriores. Las prácticas de nepotismo y los abusos no se hicieron esperar.
Es tal el descontrol que al día de hoy, el gobierno de Baja California Sur se cuenta entre los más corruptos, con menor transparencia y con nula rendición de cuentas.
Con este panorama, no sería extraño que el electorado optara por volver al viejo PRI. Porque al final la alternancia se exhibió igual de deficiente y abusiva.
Como sea, valdría la pena reflexionar qué tipo de políticos militan en la llamada izquierda mexicana.  A qué clase de personas lanzan al ruedo para que representen un ideario otrora respetado y por qué no decirlo, coherente.
¿Será que tras la cadena de fracasos que enfrentan –y seguramente enfrentarán – en las elecciones, finalmente recapacitarán y redefinirán su estrategia? Al tiempo.

Coluna de Ricardo Alemán 

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